El carnaval de Oruro se origina en las ancestrales invocaciones andinas a la Pachamama (Madre Tierra), al Tío Supay (Diablo) de los paraje mineros y a la Virgen de la Candelaria.
Su honda espiritualidad y magnetismo se ha gestado en cinco grandes períodos.
El primero se extiende desde la aparición de la imagen de la Virgen de la Candelaria en 1789, y su revelación posterior en una cueva del cerro “Pié de Gallo”.
Cuenta la leyenda que en un socavón abandonado de la mina del cerro antes mencionado, vivía un ratero llamado Anselmo Selarmino (el Nina Nina o ChiruChiru) que robaba para repartirlo entre los pobres. En una de sus correrías nocturnas fue mortalmente herido por un obrero a quien pretendió quitarle el único tesoro que tenía.
En su agonía fue trasladado por una virginal mujer del pueblo hasta su morada en el socavón. Al día siguiente, fue enorme la sorpresa de los mineros de la zona que al hallar el cadáver, se encontraron con la bella imagen de la Virgen de la Candelaria custodiando la cabecera de la pobre cama del ratero.
En el segundo período, los mineros, ante el descubrimiento de la virgen resuelven reverenciarla durante tres días al año desde el sábado del carnaval, usando disfraces a semejanza del diablo al ritmo de una cautivante música. Desde entonces realizan la Entrada de Cargamentos y Ceras, con ornamentos regionales, presentes de plata para la Patrona, viandas y bebidas.
En el tercer período, 1900 a 1940, irrumpen las primeras Comparsas o Fraternidades devotas de la Virgen como tropas de Diablos, Morenos y Tobas para enfilar hacia la antigua Capilla del Socavón extasiados de Chicha y Alcohol. En ese tiempo no participaban niños ni mujeres.
En el cuarto período, 1940 a 1980, reavivando prejuicios, empleados del comercio, la banca, maestros y hasta un militar se unieron al Carnaval y marcaron innovaciones a los futuros rumbos de la original Entrada. En 1970, el gobierno declaró a Oruro Capital del Folklore Boliviano, acrecentando la corriente turística.
Comienzan a surgir otros conjuntos y con la incursión resuelta de la juventud y la mujer en el Carnaval, este comienza a masificarse. En el quinto período, que data desde la década de los 80 hasta nuestros días, se vive un período de esplendor con la espectacular presentación de la mujer, el despliegue de trajes y derroche de belleza juvenil.
Por primera vez, en este período se elaboró el estudio técnico para gestionar ante la UNESCO la declaratoria del Carnaval Orureño como Patrimonio Cultural Intangible para la Humanidad....
ORURO Y SU CARNAVAL
Por sobre las nubes blancas y coposas sobresale el pico del majestuoso Sajama, como reflejo del cielo brilan los colestes lagos del Poopó y el Uru - Uru, mantos extendidos que son orillados por poblados de la edad del mundo; desafiantes se yerguen, hombres con raza pura, netos hijos de la tierra, dueños de su infinito universo, fuertes y recios gladiadores de su guerra contra las tempestuosas inclemencias naturales, amante conspiterno, idealista, silencioso, adorador de las montañas, del limpio cielo y las profundidades de la tierra, postrado ante Inti, iguala su culto a Pachamama, ofrenda con cariño sumisión y respeto, científico de su cuerpo, ingeniero de la vida, mago y labrador como ilusión nos ha heredado esta cultura, legado que se ostente, gracias a su don de domador del misterio y su resistencia al sufrimiento eterno del látigo, la cruz y la espada.
Oruro, centro cosmopolita donde el hombre se vuelve universal, cuando comparte la magia del misterioso embeleso que produce la mística, tradición que lo envuelve dentro el torrente caudaloso de ansia, fe, devoción, civismo y sortilegio andino, andino y propio, propio del mundo, mundo que comparte con el otro mundo, el de más allá, el de Europa, el de España, una vieja cultura que aprieta, que hace sangrar, que mata, que alienta vivir con la muerte. Oruro cosmopolita, eterna villa que traza en las mentes inmejorable drama de diablos, sapos, víboras, hormigas, lagartos y ñustas.
Es en estas latitudes que se funda el centro del universo, donde el caos y la calma se unen en raro equilibrio, es aquí donde los hombres de aparente sumisión se paran obnuvilando con su grandiosa fe, prodigios sublimes que resisten al tiempo y la fragilidad de la memoria.
En Oruro se asiste al ritual de los DIOSES DOMADOS, Angeles y Demonios, ostentan por varios días descomunal fortaleza, embriagados por el poder y deseo de someter al bien o al mal. Bacanal espectáculo de grandeza se ve, se vive, se es, cuando apenas se deshila el telar de nuestra cultura, para mostrarse orgullosa de ser la Capital del Folklore de Bolivia y Patrimonio de la Humanidad.
Así es Oruro, añeja y de repente nueva, silenciosa y bullanguera, febril de alma, religiosa y profunda, el homo-ando tiene como herencia de esta raza su fortaleza, su religión, su fe, su tradición, su costumbre, su inigualable Carnaval en honor a la Virgen de la Candelaria, para el orureño la Virgen Morena"mamita del Socavón
EL CARNAVAL EN EL TIEMPO
El Carnaval de Oruro se origina en las ancestrales invocaciones andinas a la Pachamama (Madre Tierra), al Tío Supay (diablo) de los parajes mineros, y ala Virgen de la Candelaria.
Su honda espiritualidad y magnetismo, se ha gestado en cinco grandes periodos:
El primero se extiende desde sus arcanos prehispánicos y coloniales hasta la aparición de la imagen de la Virgen de la Candelaria, en 1789 y su develaciónposterior en una cueva del cerro "Pie de Gallo".
El lugar era ocupado por Anselmo Selarmino, el "Nina Nina", quien en su agonía se confesó ladrón y devoto.
En el segundo periodo, de casi un siglo (1789-1900) los mineros reunidos al conjuro del descubrimiento de la Virgen, resuelven reverenciarla durante tres días al año, desde el sábado de Carnaval, usando disfraces a semejanza del diablo al ritmo de una cautivante música, que nadie sabe quién compuso. Tampoco se conoce el pincel que pintó el fresco de la Virgen.
Data desde entonces la Entrada de Cargamentos y Ceras, con ornamentos regionales, presentes de plata para la Patrona, viandas, y bebidas.
SIN NIÑOS NI MUJERES
En el tercer periodo (1900-1940) irrumpen las primeras comparsas devotas, como "tropas" de diablos, morenos y tobas que se concentraban en la plazuelade "La Ranchería" escanciando chicha y alcohol, para después enfilar por las calles La Paz y Cochabamba hasta la antigua capilla del Socavón.
Los diablos pertenecían al gremio de matarifes. Los morenos eran vendedores de coca. Los veleros conformaban el grupo de los incas. Los llamados "carreritos" se agrupaban en la comparsa de los tobas.
Se acompañaban con quenas, pinkillos, tambores, bombos. Hábiles santeros y mascareros dieron inicio a la estirpe de los artesanos. En ese tiempo, no participaban niños ni mujeres.
CLASE MEDIA Y MASIFICACION
De 1940 a 1980, derribando perjuicios, empleados del comercio, la banca, maestros y hasta un militar, se unieron al Carnaval. Los llamados pijes ock'arcas, marcaron con sus innovaciones los futuros rumbos de la original Entrada.
En 1963 se funda el Comité de Defensa de los Conjuntos Folklóricos , mientras que en los teatros se escenifica el original "relato" de La Diablada, con base en una versión —La lucha entre el Bien y el Mal—del escritor Rafael Ulises Peláez,.
En 1965 la orureñidad se declara de hecho "Capital Folklórica de Bolivia", las bandas de música aumentan su creatividad, y se impulsa el viaje de grupos de diablos al interior y al exterior.
En 1970, el gobierno declaró a Oruro Capital del Folklore boliviano, mientras se acrecienta la corriente turística. Surgen otros conjuntos, como los Caporales, con la incursión resuelta de la juventud y la mujer en un Carnaval que se masifica.
ESPLENDOR Y MUJERES
De la década de los 80 hasta nuestros días se vive un quinto periodo, de esplendor, con la espectacular presentación de la mujer y el despliegue de trajes y derroche de belleza juvenil.
Por primera vez se registra la Música y Danza de La Diablada y se elaboró el estudio técnico para gestionar ante la UNESCO la declaratoria del carnaval orureño como Patrimonio Cultural Intangible de la Humanidad..
En 1995 el Estado reconoce a la Entrada como Patrimonio Cultural, Tradicional, Artístico y Folclórico, contrarrestando su "transplante" a otras regiones. (*Condensado de un artículo del autor).
LA PEREGRINACION HECHA DANZA
La figura de María está siempre unida a Cristo en la obra de salvación. De ahí que el Padre le concedió varios privilegios a fin de que pudiera realizar su vocación única en la historia: ser la Madre del Mesías Redentor.
María Virgen se convirtió así en la Madre de quien vino a darnos vida en plenitud. Por eso es la abogada de Eva —virgen desobediente— y su seno viene a ser la fuente permanente de regeneración.
María fue cambiada de nombre por el mismo Dios, quien la llama "la llena de gracia", "la bendita entre todas las mujeres de la tierra".
Y Ella, responde llena de fe al plan divino: hágase en mí, según tu Palabra.
Desde entonces queda indisolublemente unida a su hijo, por eso es Socia del Redentor, Sierva del Señor.
EL MILAGRO DE CADA AÑO
La devoción a la Virgen de la Candelaria o del Socavón, motiva cada año uno de los más grandes acontecimientos de expresión folclórica de América: el Carnaval de Oruro.
La fe manifestada por los danzarines hace que este acontecimiento se convierta en el milagro anual desde su primer convite de carnaval, cuando los devotos-danzantes, comienzan a bailar en honor a la Virgen durante tres años consecutivos, pidiendo su protección y amparo.
Esta peregrinación religiosa es parte del ser y la religiosidad popular de esta región; distinta de una simple procesión.
El danzarín cumple su promesa bailando unos tres kilómetros desde un extremo de la ciudad hasta el Santuario del Socavón.
Bailarines de distintos grupos folclóricos, diversas edades, diferentes estratos sociales y culturales, relatan convencidos cómo la imagen milagrosa ha premiado a tal devoto, o ha castigado a éste o aquél danzarín que no cumplió su promesa.
El colorido se multiplica constantemente y durante tres días y tres noches se aprecia el baile de más de 50 conjuntos acompañados por hasta cuatro o cinco bandas musicales. La fiesta del carnaval comienza en noviembre y culmina en febrero.
IDOLATRIA Y FE
Dentro lo pagano existen otros mitos: La Víbora y el Cóndor, conformaciones pétreas que se encuentran al Sur de la ciudad y el Sapo en la zona Norte, son sitios de idolatría ancestral, donde generalmente se realiza la "challa" de carnaval.
Esto es resultado del dualismo religioso que data de 1789 a 1900, y que según estudios "permite reemplazar el culto del diablo por el de la Virgen", sustituyéndose simultáneamente el sacrificio de las llamas por la asistencia a la misa.
La fiesta da lugar también a la transfiguración de la "Pachamama" o madre tierra, en la Virgen del Socavón, un sincretismo religioso que evidencia una fuerte transculturación.
Especialidades de danzas
Danzante de Pujllay.
La importancia histórica en la que gravito Oruro y su gran influencia cultural y religiosa hacen de su carnaval un escenario natural que refleja la interculturalidad de las distintas zonas de Boliviadentro de sus 416 millas cuadras.
La zona andino–altiplánica de Bolivia en cuyo pie se encuentran los valles llamados Yungas de donde provienen las danzas de los Negritos, la Saya y los Caporales. La población densa de esta zona donde se encuentran los departamentos de Potosí, Oruro y parte de La Paz es rica en folklore y muchas de estas danzas participan del Carnaval de Oruro, entre estas danzas están el Tinku, llamerada, kullawada, kallawayas, los doctorcitos, Incas y kantus que conviven en tiempo y espacio haciendo todos, el rutilante Carnaval de Oruro.
La zona de los valles ocupada por Cochabamba, Tarija y Chuquisaca, fueron inspiradores de el Pujllay y los Potolos.
Los llanos y las selvas con los Departamentos de Santa Cruz, Beni, Pando y parte de Tarija y Chuquisaca provienen los chunchos y Tobas (twas), danzas guerreras que involucran otras etnias en su tradición.
Todas estas danzas mencionadas comparten con danzas de origen Orureño como la Danza de los diablos o Diablada, la Morenada, Antahuara, Awatiris, Suri Sicuri, Wititis, Intillajta, Sampoñaris y Tarqueadas.10